JOHANNES BRAHMS fue un compositor que entendió la estructura como algo más que una simple palabra. La entendió como el orden lógico y a la vez el ámbito en que se contienen una serie de vivencias que se expresan por medio de un determinado lenguaje. A Brahms le parecía imposible desligar lo conceptual de lo formal sin que se produjera la destrucción de la obra artística. En este aspecto, fue el compositor que más cuidó del sutil y fragilísimo equilibrio entre fondo y forma, entre contenido y continente, que lleva a una asombrosa perfección del producto final.
El artista creador que fue Johannes Brahms aparece a primera vista como la antítesis del hombre que fue Johannes Brahms. Su obra revela una excepcional sensibilidad, una gran ternura, una delicadeza extrema del sentimiento. La vida real, en cambio, muestra a un hombre descortés, sarcástico, pantagruélico y descuidado en su aspecto físico y manera de vestir. Brahms no encarna el ideal del artista romántico que trata de vivir en concordancia con su creación. Pero este aspecto contradictorio es en realidad, una apariencia externa. En el fondo, la verdad más íntima es la belleza y la bondad de espíritu. Brahms fue como tantos grandes creadores, producto de la armonía de los contrarios.
Hombre romántico por la confesión de sus sentimientos, su lirismo y su preponderante intimismo expresivo en el piano, el Lied y la música de cámara, Brahms fue también un clásico por el orden lógico de sus desarrollos, por la contención emotiva, por la solidez estructural y por el comedimiento y concisión instrumental. Libertad y Norma es la difícil conciliación de dos tendencias creadoras. Entre estos dos extremos surgió la obra de Johannes Brahms que alcanzó lo que se puede llamar "La Perfección del Romanticismo".
Realiza: Pedro Arturo Salazar Díaz
Después de la renuncia oficial a sus 31 años de edad como director de la Academia de Canto de Viena en julio de 1864 donde permaneció tan solo un año,…