El poder blando o poder suave (del inglés soft power) es la habilidad de un Estado para persuadir a otros países evitando el uso de la fuerza o la coerción, valiéndose de medios más sutiles, como su cultura, su modelo social o sus valores políticos. Este término fue creado en la década de los noventa por Joseph Nye, geopolitólogo estadounidense de la Universidad de Harvard, en su libro Bound to lead: The changing nature of American Power, y se ha convertido en un concepto muy utilizado para analizar las relaciones internacionales. 

Nye creó el concepto de “poder blando” contraponiéndolo al de “poder duro” (hard power), que consiste en modificar el comportamiento de otros Estados mediante el uso o la amenaza del poder militar o la presión económica. En cambio, el poder blando busca persuadir, más que obligar, a otros Estados. Así, el poder blando es mucho menos tangible que el duro: se basa en la imagen de un país y su sociedad, el alcance de su diplomacia, sus manifestaciones culturales —como el cine, la gastronomía o la música— o los valores políticos que defiende. Todo ello puede servir para modificar la percepción y el comportamiento de terceros Estados. Para Nye, un Estado debe aspirar al uso racional, eficiente y combinado de poder duro y poder blando, lo que denomina “poder inteligente” (smart power).

El Índice Global de Soft Power 2024 es un informe que examina las percepciones de los 193 estados miembros de las Naciones Unidas en términos de su poder blando. Este índice, ahora en su quinta edición con la edición de 2024, se basa en una investigación exhaustiva y amplia, con respuestas recopiladas de más de 170,000 personas en más de 100 mercados1. Aquí están algunos puntos clave:

Economía y Comercio: En este paisaje global de poder blando, la importancia de las percepciones sobre Negocios y Comercio está creciendo en medio de desafíos económicos e inestabilidad política. “Una economía fuerte y estable” se ha convertido en el principal impulsor tanto de la Reputación como de la Influencia. Además, atributos como “productos y marcas que el mundo ama” y “fácil de hacer negocios con” también figuran entre los 5 principales atributos de la marca nacional en términos de su importancia para dar forma al poder blando de las naciones este año.

Naciones Dominantes: Las marcas nacionales dominantes están registrando un crecimiento más rápido en el poder blando (promedio de +3.1 puntos en las 50 primeras) que el resto de la clasificación (promedio de -1.3 para los clasificados del 51 al 193). Esto explica la continua dominancia de las economías más grandes del mundo, como Estados Unidos y China, así como economías desarrolladas más pequeñas como Suiza y los Emiratos Árabes Unidos en la parte superior de la clasificación.

AI y Redes Sociales: La continua expansión de las redes sociales y la democratización de la creación de noticias, aunque estimulante para el debate público, también ha planteado preguntas críticas sobre la desinformación y la interferencia en los feeds de noticias. A medida que las personas se vuelven más cautelosas con su consumo de información, la interacción entre el escepticismo y el aumento de la accesibilidad al contenido plantea nuevas preguntas para la comunidad global

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