Es curioso que Brahms, al enfrentarse a sus primeros experimentos orquestales, adoptara una forma clásica como la Serenata, género musical característico del siglo XVIII. En su versión orquestal, las Serenatas, tan apreciadas por Joseph Haydn y Wolfgang Mozart, habían sido ya abandonadas por Beethoven. Es obvio que tal fórmula – ligada al mundo de la tradición – representaba para Brahms sólo un punto de partida psicológico y técnico. La Serenata Op. 11 es una pieza que no conserva de la vieja Serenata más que el espíritu: es fresca y agradable, con un gran poder de comunicación, expansiva y afable, desprovista de todo acento dramático. La Serenata Op. 11, estructurada en seis movimientos como la Serenata Clásica, nació en la corte del Principado de Lippe-Detmold, donde Brahms había conseguido un cargo como pianista, director de la Sociedad Coral y maestro de piano de la princesa Federica de Lippe, hermana de Leopoldo III, soberano de la corte. Allí, Brahms disfrutó de un periodo relajado y sereno sin acontecimientos dignos de mención entre 1857 y 1859.
Se escucharán las obras:
Serenata para orquesta No. 1 en Re mayor, Op. 11. Orquesta Filarmónica de Berlín, Claudio Abbado.
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