Compuesta en Salzburgo en abril de 1776 cuando Mozart contaba con veinte años de edad, la Misa Larga en Do mayor, KV 262 fue destinada a un monasterio benedictino. Esta obra retoma claramente el corte y el estilo de las misas grandiosas en las que se privilegiaban la estructura monolítica, la riqueza de las ideas musicales y la presencia del énfasis dramático junto a los contrastes. Entre los episodios más sobresalientes, la crítica ha destacado el Gloria, el Credo y el Benedictus.