Quien impresionara al Rey del Swing, Benny Goodman, y lo llevara a ampliar su trio musical a un total de cuatro artistas, no es otro sino el vibrafonista Lionel Hampton. Ya antes había acompañado alguna vez a Louis Armstrong en el escenario, en el lugar de la batería, instrumento en el que también se destacaba. Pero fue precisamente con el vibráfono con el que labró una reputación en el mundo del jazz e hizo parte de la política exterior estadounidense de promover la cultura americana a lo largo de otros territorios, convirtiéndose así en un embajador del jazz para países de Europa Oriental.
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