Después de los 50 años, el cerebro comienza a envejecer. “Sabemos que en ese envejecimiento hay cambios en los patrones de conectividad, es decir, hay regiones del cerebro que se empiezan a conectar más entre sí, y otras que se empiezan a desconectar”, dice Sandra Báez, profesora asociada de la Universidad de los Andes, y Senior Atlantic Fellow del Global Brain Health Institute. Aunque cada región del cerebro tiene funciones específicas, muchas de las actividades complejas como el pensamiento, el movimiento y la memoria, dependen de la comunicación funcional entre las distintas áreas del cerebro.
La reducción de esa comunicación redunda en algunas de las particularidades que asociamos a la vejez, como la pérdida de agilidad mental, de memoria o incluso de movilidad motora.
No todos, sin embargo, crecemos y envejecemos igual. Aunque asumimos que si una persona tiene 30 años, su cerebro debe tener la misma edad, no es tan simple como eso. Los científicos le llaman a esto “gap” o brecha: la diferencia que surge entre la edad cronológica y la edad cerebral.
Martes de sociedad
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