A finales de 1769, Leopold, el padre del joven Wolfgang Amadeus Mozart quería que su hijo conociera y aprendiera la tradición de la ópera italiana. Decidió entonces, viajar con él a la Península, que en la época previa a su unificación estaba dividida en varios estados entre ellos el Ducado de Milán, la República de Venecia, los Estados Pontificios y el Reino de Nápoles en el sur. <br />Durante más de dos siglos Italia había sido la fuente de innovaciones en el estilo musical, la casa de la música sacra y, por encima de todo, la cuna de la ópera. En opinión de Leopold, Wolfgang tenía que absorber directamente la música de Venecia, Nápoles y Roma y prepararse para los futuros encargos de los teatros de ópera europeos, que eran el principal interés de los compositores de finales del siglo XVIII. <br />Leopold quería que Wolfgang se sumergiera en la lengua italiana, que experimentara la música religiosa de más alta calidad y que ampliara su red de influyentes contactos.<br /><br />En Italia, el joven Mozart con 14 años de edad compuso Mitrídates, Rey del Ponto, ópera en tres actos de la cual escucharemos las 11 últimas arias del acto segundo.