El 7 mayo de 1896, Brahms festejó su cumpleaños número sesenta y tres. Fue en esa ocasión cuando les presentó a sus amigos una nueva composición de la que nadie tenía noticias, una obra que dadas las circunstancias, todos interpretaron como su canto del cisne, ya que Brahms moriría el 3 de abril del año siguiente. Algunos críticos advierten la sombra de una muerte anunciada, aunque no parece que Brahms en aquel periodo en concreto, tuviera presentimientos sobre su muerte. Otros creen ver un saludo a la memoria de Clara Schumann, fallecida precisamente el 20 de mayo de 1896. Y muchos piensan que Brahms, consciente de su inminente fin, quería redactar con estas páginas su testamento espiritual. La obra en cuestión son los Vier Ernste Gesänge (Cuatro Cantos Serios), Op. 121 que fueron dedicados a su amigo el pintor Max Klinger quien dos años atrás, el día de año nuevo de 1894, lo había homenajeado con una obra titulada Brahms Phantasie compuesta por 41 aguafuertes creados para tal fin.
Se escuchará:
• Vier Ernste Gesänge (Cuatro Cantos Serios), Op. 121. Dietrich Fischer-Dieskau (barítono); Daniel Barenboim (piano). 18’31”
• Tres últimos movimientos de la Cuarta Sinfoníaen Mi menor, Op. 98. Orquesta Filarmónica de Berlín. Herbert von Karajan (dirección). 28’58”