“La paz es una promesa corrosiva” es el nombre de la participación peruana en la Bienal de Arte de Venecia en 2022. Un pabellón cuya atmósfera panfletaria, cargada de material de agit-prop, con collage, fotomontaje, serigrafía y otras técnicas, nos teletransportó a una época y un territorio que se sostiene con la actualidad desde la relación arte-política en Perú en la década de los 80.

El autor de esta propuesta es Herbert Rodríguez, un peruano nacido en 1959 que muy joven fue elegido en 1983 como uno de los 3 artistas que representaron a Perú en la Bienal Internacional de Arte de Sao Paulo. En 1985 se unió a los jóvenes insatisfechos y enojados: “los subterráneos” que rechazaban el estado de violencia del país. También respondió a Sendero Luminoso en 1989 con la obra “Arte vida”, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Perú con Rodríguez, llegaron a Venecia con el comisario Armando Andrade de Lucio y con Jorge Villacorta y Viola Varotto como curadores. La obra muestra la producción de Rodríguez entre 1985 y 1990, un periodo de activismo creativo mientras hubo fuego cruzado entre gobiernos y miembros del Sendero Luminoso. La muestra tiene siete secciones que a su vez aglutinan etapas artísticas de Rodríguez: violencia / subterráneo / medios de comunicación / sexo / violencia estructural / arte-vida / resistir a la nada.

Les invitamos a conocer la relación entre producción artística, gestión cultural y circulación internacional, para lograr que una obra producida en los ochentas tenga lugar en la Bienal de Arte de Venecia de 2022. ¿Cómo se hace este diálogo de temporalidades? ¿Qué procesos respaldan una participación como la de Perú en Italia? ¿Puede el apoyo público retirarse del escenario de gestión a último momento y dejar la participación en Venecia solamente en manos privadas? ¿En qué se parecen “The Milk of Dreams” de Leonora Carrington con “La paz es una promesa corrosiva” de Herbert Rodríguez?

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