En el curso de una entrevista con el violinista Arthur Abell, Brahms manifestó con claridad que (…) si mediante el trabajo esmerado se llegara a la genialidad, cualquier paciente practicante sería un Mozart o un Beethoven. Lo cual no quiere decir que Brahms desconociera el valor del trabajo. Por el contrario, estimaba que ésa era precisamente la gran cualidad del artista.  Afirmaba entonces lo siguiente: (…) los temas llegan a mi mente con un fulgor súbito, pero son demasiado intuitivos, de manera que bastante después de su aparición les doy forma y trabajo sobre ellos intensamente. Algunas veces los dejo que germinen durante años; otras veces los releo, lo que constituye una costumbre importante, ya que se logra el mismo estado intelectual que los creó y de éste modo la idea inicial alcanza mayor desarrollo. En unas conversaciones con el pianista, director de orquesta y compositor alemán George Henschel, Brahms le dijo: ¿Qué es la inspiración? Es algo que no se sabe qué es. Viene a nosotros, no se sabe de dónde. Y ahí crece, no se sabe cómo. Toma forma sonora, no se sabe por qué; perosin la mano humana, la inspiración es sólo una caña que mueve el viento.

Se escuchará:

• 7 Lieder para coro mixto a cappella Op. 62. Coro de la Radio del Norte de Alemania; Günther Jena, dirección. 18’38”

• 9 Lieder und Gesänge (Canciones y Cantos) Op. 63. Dietrich Fischer-Dieskau, barítono; Daniel Barenboim, piano. 22’34”

• Primera versión del Presto sobre el finale de la Sonata para violín No. 1 en Sol menor, BWV 1001 de Johann Sebastian Bach.  Idil Biret, piano. 3’57”

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