Entre el 30 de octubre de 1777 y el 14 de marzo de 1778, Wolfgang Amadeus Mozart y su madre Anna Maria Perl, pasaron una temporada en la ciudad de Mannheim.  Venían en un viaje desde Salzburgo hospedándose en Munich y en Ausburgo, la ciudad natal de Leopold, el padre de Mozart.  La meta final era llegar a Paris.  En Mannheim, la ciudad musical que tenía la principal orquesta de toda Alemania, Wolfgang conoció a la familia Weber, cuyos antepasados gozaban de una tradición universitaria y literaria en especial dedicada a los textos teatrales.  El padre de la familia, Fridolin Weber, se ganaba la vida con un precario sueldo de copista, ganancia que incrementada como cantante bajo y como miembro secundario en el teatro de la corte; un hermano suyo era el padre del célebre compositor Carl María von Weber. La familia de Fridolin Weber estaba integrada por la madre de cuatro hijas: la mayor, Josefa, tenía 19 años, era cantante y se casaría en 1778 con el músico austríaco Franz Hofer. La segunda, dos años menor, Aloysia, también cantante era la que tenía un futuro musical más prometedor. La tercera, Constanze, tenía una cara bonita, un espíritu vivaz y era divertida, pero sin ningún talento. Ella se convertiría más adelante en la esposa de Wolfgang. La cuarta hija, Maria Sophie, tenía diez años.  Quedaba por último un hijo de quien nada se sabe.

Se escuchará:

• Sinfonía concertante en Mi bemol mayor para instrumentos de viento, KV 297^B. Aurèle Nicolet, flauta; Heinz Holliger, oboe; Hermann Baumann, corno; Klaus Thunemann, fagot. Academia de San Martín en los Campos. Sir Neville Marriner. 28’33”

• Aria para soprano en Do mayor ‘Io non chiedo, eterni Dei’ (Yo no pido dioses eternos), KV 316. Edita Gruberova, soprano; Orquesta del Mozarteum de Salzburgo, Leopold Hager. 11’24”

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