Para tocar el piano, Lupu utilizaba una silla corriente con respaldo, en lugar del clásico taburete de piano, porque decía que necesitaba apoyarse frecuentemente. Desde un punto de vista técnico, Lupu contradecía los principios para conseguir una interpretación delicada: si la espalda está relajada, la mayor parte del peso del brazo se disipa en el espaldar del la silla en vez de dirigirlo hacia el teclado. Sin embargo, la posición elegida por Lupu, no se debía a su excentricidad, ni a una debilidad de los músculos dorsales, sino a la búsqueda de una interpretación más sutil. El sonido producido por Lupu no tenía gran volumen. A modo de compensación, sus matices eran tan numerosos como para permitir un claroscuro fantasmagórico. Lupu se parecía a un pintor que después de haber desterrado de su paleta el rojo puro, el azul y el violeta, desarrollaba una infinita gama de amarillos, verdes y marrones. Y aquellos que lo escucharon por primera, quedaron tanto sorprendidos como escépticos y a la vez encantados.

MÚSICA PARA HOY
Momentos Musicales, D. 780 de Franz Schubert grabados en el Kingsway Hall de Londres en julio de 1981.
Sonata para piano en Do sostenido menor, Op. 27 No. 2 ‘Claro de Luna’ de Ludwig van Beethoven. Una grabación realizada en noviembre de 1972.