Seguimos celebrando los treinta años de la emisora, y de nosotros en ella, transmitiendo los programas originales que inauguraron a La Hora de La Resistencia en la emisora, hace tres décadas. Hoy le toca el turno a la psicodelia, aquella música experimental, que apareció a mediados de los sesentas en tres ciudades que se volvieron los epicentros de la búsqueda de la nueva conciencia. Primero, San Francisco, con grupos como Jefferson Airplane (en la foto) o Grateful Dead. Después, Los Ángeles, con bandas como The Doors o Love. Y finalmente Londres, con los míticos Pink Floyd. Nunca el rock fue tan experimental y volado, tan ácido y libre; su musicalidad (potenciada por la tecnología en la grabación y el procesamiento del sonido) se unió a artilugios ópticos para estimular la vista, y al uso de drogas alucinógenas, para generar en el oyente una inmersión masiva, física, total. A fines de la década del sesenta la psicodelia se refractó en insospechadas ondas sonoras, dando origen a multiples proyectos electrónicos, progresivos, de jazz rock, de fusión, de glam, de funk, hasta llegar, dos décadas después a la neo psicodelia, o a su reencarnación más radical, urbana, maquinal: la escena del acid house y del techno. Ya lo dijo Timothy Leary: “Turn on, tune in, drop out”. Enciende, sintoniza, abandona.

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